Hay días en los que uno no está cariñoso, es más áspero que una piedra pómez. Recuerdo una piedra pómez que había en casa de mi abuela, lo mismo llevaba allí en el jabonero de bronce, unos 15 años. Debía estar a mitad de hipoteca y no tenía intención de irse, no estaba el Euribor como para moverse al barrio roseta. Mi abuela no la usaba, venía Trini, una callista profesional. Recuerdo llegar del colegio y ver la escena : Dos tinajas, una de agua caliente y otra de agua fría, 3 toallas, la radio y un cinturón que se desplegaba y mostraba las herramientas pertinentes. ( nada que envidiar al ajuar de un torturador común). El proceso era ameno, mi abuela leía ¡Hola! y Trini raspaba y mientras, Pómez (la podemos llamar) descansaba en el baño de invitados ajena a sus responsabilidades. En el fondo era una herramienta olvidada, capacitada pero inservible. ¿A quien le gusta tener potencial y no usarlo? Si alguien disfrutaba de derrochar sus capacidades, esa era Pómez.
Pues bien, hay días de estos en los que me gustaría ser parecido a Pómez o porque no decirlo, ser directamente ella. Quieta, ajena al tumulto (yo no voy al callista así que en mi caso sería ajeno al oficinista) y solo, descansando y sin exigencias del entorno. Días en los que a uno le apetece despotricar y cagarse en los Corintios y en su puta madre; sobre todo si hace 40º y estás hasta el mismísimo de la independencia y las riñas. ¡VAYASE USTED A TOMAR POR CULO!; una vez abrí la ventana y lo grité, fue liberador, una catarsis freudiana en toda regla. El vecino de abajo que por el olor estaba terminando de cocinar unas carrilleras salió y miró hacia arriba, pero ágilmente metí la cabeza, cerré la ventana y obviamente estalló una carcajada liberadora no a la altura del «váyase usted a tomar por culo» pero casi. Además, la frase tiene en mi caso, que ser así : «váyase usted a tomar por culo», no puede ser de otra forma. Me parece que al ser más formal, el despojarse de un usted y mandarlo con énfasis a la mierda le da más volumen, más rigor. No es lo mismo mandar a tomar por culo a un tú que a un usted, estaréis de acuerdo. En definitiva, culo y usted en la misma frase suena más chocante, la decisión de enviarle allí si es que es un destino suena dicho con motivo y exclamado con decisión.
Pues bien, parece que estos días no están de moda en el mundo perfecto(putrefacto) en el que vivimos donde el jiji coge de la mano al jaja de story en story, políticamente correcto y tutto falso. No está de moda el bajón, ni la salud mental honesta, ni la muerte, ni la enfermedad, ni el fracaso. Eso está en un cuarto cerrado y oscuro más estático que Pómez. No están de moda los callistas.